sábado, 28 de noviembre de 2015

No dejes de sembrar cosas buenas.

¡¡Hola a tod@s!!

¿Qué tal la semana? Bien, ¿Verdad?

Esta semana quiero compartir contigo una bonita historia. Cada vez que la cuento en  alguna conferencia o algún cursos me acuerdo de mi abuela, esa mujer de la que he hablado en multitud de post, de la que tengo un magnífico y grato recuerdo, esa mujer que me enseñó tantas cosas y tan ciertas.

Una de sus frases favoritas cuando le contaba alguna cosa que me había pasado o cuando le pedía algún consejo era.. "Niño, tú haz el bien y no mires a quién", sabias palabras de una sabia mujer.

Al mirar en el buscador de "Motivarte es un Arte" he encontrado esta frase al menos en 4 post de los 140 escritos hasta hoy. Incluso uno se titula así. Haz el bien y no  mires a quién.

Cuenta la historia que... 

Cada mañana Manuel, subía al autobús para ir a trabajar a eso de las siete y media. Pocas paradas después, subía una anciana y se sentaba al lado de la ventana. Durante todo el recorrido del autobús la anciana metía la mano en una bolsa e iba tirando algo por la ventana.


Manuel veía cada mañana subir a la anciana y realizar el mismo ritual, sentarse junto a la ventana y lanzar el contenido de la bolsa que reposaba en sus piernas. Intrigado, Manuel le preguntó a la anciana que era lo que tiraba por la ventana del autobús.

La anciana le respondió... Son semillas

¿Semillas?, ¿Semillas de qué? Volvió a preguntar Manuel extrañado.

De flores. Respondió la anciana y continuó diciendo... Desde el primer día que hice este recorrido en autobús me llamó la atención lo triste que es el paisaje, está todo vacío, todo gris y a mi me gustaría poder viajar viendo un paisaje bonito y florido. Sería más bonito ¿Verdad?

Manuel contrariado le respondió a la anciana... Pero las semillas caen a la carretera, las aplastan los vehículos, incluso las que no sean pisoteadas se las comerán los pájaros, será muy difícil que alguna semilla pueda germinar. ¿De verdad cree que podrán crecer flores al lo largo del camino?

La anciana con una sonrisa en su cara contestó... ¡Seguro que si!. Es cierto que algunas se perderán, bien porque las pisen los coches o porque se la coman los pájaros, incluso se las lleven las hormigas. Pero estoy convencida que algunas alcanzarán la cuneta, la tierra cercana y con el tiempo brotarán.

Manuel atónito dijo... Pero...tardarán en crecer, necesitarán ser regadas y, no se... 

Yo hago lo que puedo hacer. Ya vendrán  las lluvias y harán el resto. Dijo la anciana y siguió con su trabajo.

Manuel se bajó del autobús pensativo y se preguntaba si la anciana no estaría perdiendo un poco la cabeza, la verdad, le parecía una locura.

Meses después, Manuel empezó a observar desde la ventana del autobús como el camino estaba lleno de flores, el recorrido triste y gris se había convertido en un florido paisaje. En ese instante, recordó la conversación que tuvo con la anciana, pero llevaba semanas sin verla.


Le preguntó al conductor... ¡Oiga! ¿y la anciana de las semillas? Hace semanas que no la veo. El chófer le respondió... Hace un mes que falleció.

Manuel regresó a su asiento cabizbajo y continuó el recorrido contemplando el paisaje. Pensaba, las flores han brotado, el paisaje es mucho más bonito, pero ¿De qué le ha servido tanto esfuerzo sino ha podido ver su obra terminada?

En un momento determinado, escuchó la risa de un niño. Instantes después, una niña le decía a su madre... ¡Mira mamá!, ¡Mira cuántas flores!

Dicen que desde aquel día, Manuel hace el viaje de su casa al trabajo arrojando semillas por la ventana. 

Fin de la historia.

Bonita historia ¿Verdad?

La anciana de la historia hizo lo que quería hacer y lo que consideraba que tenía que hacer. Seguramente no sólo pensaba en ella, también pensaría en sembrar algo que pudieran disfrutar todos los demás, que pudieran realizar un recorrido más agradable y ser un poquito más felices.

Te invito a la reflexión y a que te preguntes... ¿Qué estás sembrando tú para hacer un poquito más felices a los demás?

Te invito a que no dejes de sembrar cosas buenas, siempre alguien recogerá tu siembra.

Llámame loco, iluso, utópico, pero sigo creyendo en el ser humano, en su bondad, en su nobleza. Que no te nublen la vista unos pocos que no lo son.

Quizá debemos empezar a creer en nosotros mismos y en los demás sin pensar en etiquetas de "ellos y nosotros", "los unos y los otros", acaso no vivimos aquí "todos". Cuanto bueno hizo mi abuela con su aquel "Haz el bien y no mires a quien"

Si te ha gustado, comparte es gratis y a lo mejor conseguimos a algunos "locos" más que siembren cosas buenas.

Y como siempre me despido deseándote un magnífico fin de semana, salud y éxitos.