viernes, 30 de enero de 2015

Perdónate. Feliz fin de semana


Hola a tod@s, último viernes de enero. 

¿Cómo van los propósitos?. ¿Sigues manteniendo y cumpliendo el plan de acción que te propusiste? 


Si es así felicidades, ya has superado los primeros 30 días. 

Si no lo es perdónate, revisa que es lo que has fallado y corrige el rumbo. No podemos vivir con la culpa, la culpa es una creencia que nos limita y nos amarra al pasado, es como aquella bola de hierro encadenada a los tobillos de los presos. Una gran bola pesada con una gruesa cadena, y al movernos va haciendo un estridente ruido y marcando el suelo por donde se arrastra. Es tan molesta y pesada que consigue paralizarnos, dejándonos atrapados en el pasado.



Cuenta una leyenda Zen que dos jóvenes monjes iban camino de su monasterio. Al llegar al arroyo que tenían que cruzar, se encontraron con una joven y hermosa mujer en la orilla. La mujer les pidió ayuda para cruzar el arroyo, ya que éste había crecido mucho con las lluvias de los últimos días y llevaba un fuerte caudal. Uno de los monjes accedió a ayudar a la joven y subiéndola en sus hombros pasaron al otro lado del arroyo. El otro monje no dijo ni una sola palabra, pero se enfadó muchísimo. Eso estaba totalmente prohibido, un monje budista no podía tocar a una mujer y su compañero no sólo la había tocado, sino que la había subido a sus propios hombros.

Recorrieron varios kilómetros sin mediar ni una palabra y cuando estaban a las puertas del monasterio, el monje que estaba enfadado dijo: - Lo siento pero voy a tener que decírselo al maestro, tengo que informarle de lo sucedido, sabes que lo que has hecho está prohibido y no lo tenías que haber hecho. 
-¿Pero de qué me estás hablando?, ¿Qué es lo que está prohibido?  - Dijo el otro monje. 
¿Te has olvidado? Llevaste a esa joven y hermosa mujer sobre tus hombros para cruzar el arroyo y eso está prohibido.  
El monje que había ayudado a la chica dio una carcajada y respondió: -Si, es verdad, yo la subí en mis hombros, pero la dejé en la orilla del arroyo, muchos kilómetros atrás. Tú sin embargo, todavía la estás cargando.
Fin de la historia.


Reflexiona sobre esto, ¿Cuántas veces nos empeñamos en seguir con una carga a cuestas? Quizás ahora es un buen momento para aceptar si has hecho algo inadecuado o si has cometido un error, errar es humano y de los errores aprendemos. Obviamente no es ético ni recomendable errar a conciencia o con intención, pero aceptarlo y perdonarnos es obligatorio. El sentimiento de culpa desaparece en el momento que te aceptas y te perdonas.

Y aún es más gratificante cuando perdonas a los demás, así que te invito a que hagas una reflexión y revises todas aquellas "culpas" que no te hayas perdonado y que no hayas perdonado a otros. Libérate y perdónate. 

Ya me dirás como te sientes.

Y ahora como cada semana, sólo desearte que tengas un magnífico fin de semana, salud y éxitos.

José María Gomaríz

Muchas gracias.
Un saludo.


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