viernes, 30 de octubre de 2015

Como niño con zapatitos nuevos.

Hoy es un día especial para mí, estoy muy ilusionado, como niño con zapatitos nuevos.

¡¡Hoy estreno mi web josemariagomariz.com!


Ante todo quiero agradecer a todas las personas que he conocido en mis 45 años por todo lo que me han enseñado, hoy soy quien soy gracias a ese aprendizaje. Es cierto que de algunas de ellas solamente he aprendido lo que no se debe hacer, pero al fin y al cabo también es un aprendizaje.

La vida es como un viaje en tren sin retorno, tiene una estación de salida pero no sabes en qué estación va a terminar tu viaje. Durante el recorrido suben personas que sólo están un breve tiempo, unas dejan más huella que otras, algunas dejan cicatrices. En ocasiones te encuentras personas “Guadiana”, que aparecen y desaparecen. Pero las que realmente importan siempre están, física, mentalmente y emocionalmente en nuestro corazón.

Hoy me identifico con un águila, más que con el animal con el proceso de transformación que experimenta sobre la mitad de su vida. El águila vive aproximadamente ochenta o noventa años, en la mitad de su vida tiene que tomar una decisión muy importante. Al cumplir los cuarenta o cuarenta y cinco años, su pico ha crecido tanto y está tan curvado que apenas puede comer, lo mismo le ocurre a sus garras, son tan largas y curvadas que apenas pueden agarrar a sus presas y además, por si fuera poco, su plumaje es tan espeso y pesado que le cuesta muchísimo poder volar.

Tiene que tomar una importantísima decisión, no hacer nada al respecto y morir por inanición o sufrir un cambio muy  doloroso que la transforme en una nueva águila que le permita vivir otros cuarenta años más. Una transformación que dura unos seis meses aproximadamente, primero se aprovisiona de alimentos para una larga temporada en una zona rocosa donde esté a salvo de otros animales, en riscos que sólo el águila puede llegar. En segundo lugar se rompe el pico contra la pared rocosa, imagina lo doloroso del proceso, una vez le sale su nuevo pico se arranca todas las garras. Y por último, se deshace de todo su pesado plumaje, dejando salir uno nuevo mucho más ligero que le permite volar con mucha agilidad.



¿Y tú, en que momento de tu vida estás?

Esta analogía no es solamente para los que posiblemente estemos en el ecuador de nuestra vida, es para ti tengas la edad que tengas. Es necesario que tomes conciencia de en que momento de tu vida estás, si es necesario empezar un proceso de cambio o transformación por doloroso que pueda parecerte, pero a veces es imprescindible para continuar con tu vida.

Y como siempre te deseo feliz fin de semana, salud y éxitos.

Gracias.

Salud y éxitos




No hay comentarios:

Publicar un comentario