viernes, 18 de julio de 2014

Esa es la actitud. Feliz fin de semana.


   ¿Qué tal estás?, ¿Cómo te encuentras hoy?, yo... ¡fenomenal! y como diría mi amigo Pepe, "Y con alto riesgo de mejora"

Cuando te encuentras con alguien y le preguntas como está, lo que menos quieres oír son las penas ni las miserias de nadie, es obvio que a todos nos gustaría que a todo el mundo le fuera bien, estuviera feliz y contento y nadie tuviera problemas, pero también es obvio que los problemas existen y están ahí. Problemas de salud, económicos, sentimentales, familiares, sociales, etc. No podemos negarlos ni eliminarlos por arte de magia. 

¿Qué es lo que podemos hacer entonces? Cambiar nuestra actitud ante el problema, es lo único que puedes hacer. Se que no es fácil y que existen problemas y problemas, pero igualmente existen actitudes y actitudes. La gente huye de las personas que solo le cuentan sus problemas,  los que siempre ven el vaso medio vacío, los que se aferran al dolor del pasado. Es cierto, no es fácil pero... un problema es un problema cuando lo declaramos como tal.



Pregúntate si lo que tu llamas un problema realmente lo es, cuando nuestros hijos nos dicen es que no me gusta el tomate o los guisantes que hay en la comida y lo declaran un problema vendiéndonos su emoción, tenemos la opción de declararlo como tal problema o la oportunidad de demostrarle lo afortunado o afortunada que es por tener un plato de comida cada día en la mesa. 

Cuando declaramos un problema laboral, quizás no nos estamos dando cuenta que eso para otra persona sería un bendito problema, ojo, no estoy diciendo que nos aguantemos abusos ni mucho menos, sino que adoptemos una actitud positiva, optimista  y desde la coherencia pensemos en soluciones y alternativas para remediarlos. No hablo de conformismo, hablo de actitud.

Hay gente que va por la vida como los zombies, destrozados y destrozando al que encuentran en su camino, antes de declarar un problema como tal pregúntate de quien depende, si de ti o de otros y tu entorno, tú puedes actuar en ti y desde tu interior, hay veces que hasta podrás influir en los demás, pero en otras ocasiones no existirá esa alternativa.

Si tuvieras que irte esta noche a cenar y luego a tomarte una copa ¿Con quien te irías? piensa en alguien de verdad. Seguro que no eliges a una persona pesimista, a una persona que solo se queje o que siempre esté medio deprimida, tampoco elegirías a una persona que solo te cuente problemas o que siempre hable mal de los demás. Por esa misma razón muchas personas tampoco te elegirían a ti si no tienes una actitud adecuada.

Hay gente que es feliz tenga lo que tenga y otras infelices por el mismo motivo, ¿De que depende eso? De su actitud.

Te dejo un video  muy cortito para que reflexiones sobre esto, te invito a que lo compartas y si te apetece dejes aquí algún comentario.



Bueno y para despedirme como siempre, feliz fin de semana, salud y éxitos.

José María Gomaríz  

Muchas gracias.

Un saludo.