viernes, 7 de marzo de 2014

¿Y si cambiamos el final? Feliz fin de semana.

Buenas tardes a tod@s.
  
Por fin viernes y un magnífico día de sol, día espléndido.

Me gustaría compartir con vosotros una bonita historia y que reflexionemos  sobre nuestra actitud, que creamos más en nosotros mismos, que rompamos límites, que nos atrevamos a equivocarnos, el camino a al éxito está llenos de fracasos, que no son otra cosa que experiencias y aprendizaje.

Cuenta la historia que en una montaña, un granjero se encontró a un águila imperial muerta y a escasos metros, el nido de ésta con un huevo. Por un momento, pensó que dejarlo ahí sería condenarlo a su fin, por lo que decidió llevarlo a su granja y ponerlo en el nido de una gallina.

Al poco tiempo, nació un polluelo de águila imperial y los demás pollitos. Se crió comiendo exactamente igual que el resto pollitos y gallinas, comía maíz, escarbaba en el suelo para buscar bichitos y comerlos, incluso cuando intentaba volar no volaba más alto que ninguna gallina.

Un día, en el azul cielo volaba un águila imperial, y el polluelo ya bastante crecido le preguntó al resto de gallinas: -¿Que es eso?
A lo que las gallinas mas viejas le respondieron: - Es un águila imperial, la reina del cielo.
El polluelo miraba detenidamente cada día al águila, hasta que un día dijo: - Me gustaría volar como el águila imperial.
El resto de gallinas se rieron y le respondieron: -Tú nunca serás un águila imperial, ¿no ves que eres una gallina? Andas como una gallina, cacareas como una gallina, escarbas como una gallina, comes como una gallina, nunca serás un águila imperial, nunca volarás tan alto.
El final de esta historia es que el águila murió de vieja en la granja y nunca voló, porque se creyó todo lo que le dijeron las otras gallinas, nunca lo intentó.

A mí este final no me gusta, así que lo vamos a cambiar ahora mismo ¿Os parece?

Un día, llegó a la granja un amigo del granjero a saludarlo y al ver al águila comiendo entre las gallinas le dijo a su amigo granjero: - ¿Por que tienes un polluelo de águila entre las gallinas?, a lo que el granjero le respondió a su amigo: ¡ah! me encontré a su madre muerta, solo había un huevo en el nido, se lo puse a una gallina que estaba incubando sus huevos y nació al mismo tiempo, desde que nació imitó a su madre y a sus hermanos los pollitos y él se cree un pollito más.
El amigo le dijo al granjero: Pero eso es una barbaridad, no puedes hacer creer a un águila que es un pollo, tienes que enseñarlo a volar y a comportarse como un águila.  El granjero un tanto molesto con su amigo le respondió que no, que el  polluelo de águila se creía gallina y como gallina viviría. El amigo del granjero, sabiendo como era éste le ofreció una cantidad de dinero por el polluelo y se lo compró.

Una vez siendo el amigo del granjero su propietario, se lo llevó a una cima y lo lanzó a volar, los primeros intentos fueron fallidos, no volaba más de unos pocos metros, se subió a una montaña más alta y lo lanzó de nuevo, igualmente después de varios intentos, el granjero se reía de él y decía: -Ya te lo dije amigo, se cree una gallina, nunca volará como un águila.
El amigo del granjero, cogió al polluelo nuevamente y se lo llevó esta vez a un acantilado y lo lanzó a volar, el granjero le dijo: -Estás loco, lo vas a matar. Después de unos instantes de incertidumbre, en los que parecía que el polluelo se acabaría estrellando en el suelo, éste empezó a abrir sus alas cada vez más, cada vez más y más y empezó a volar como lo que realmente era, un águila imperial.
Los dos amigos quedaron maravillados y con la boca abierta viendo con la majestuosidad que volaba el polluelo de águila imperial.

Fin de la historia.




A mí personalmente me gusta más ¿Y a ti?

Tanto en un final como en el otro podemos sacar grandes lecciones, reflexiona, piensa y pregúntate ¿Eres águila o eres gallina? Atrévete a volar, a ser tú, a ignorar a veces a los mediocres, no lo digo en tono despectivo, me refiero a los que son la media, ¿porqué tienes que serlo tú? Vuela todo lo alto que puedas.

Con esta reflexión te dejo y me despido como cada semana.

Feliz fin de semana, salud y éxitos.

José María Gomaríz

Muchas gracias.

Un saludo.

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